“Mi experiencia lúdico-pedagógica con los niños de la
escuela primaria.”
"Lo que se
les dé a los niños, los niños darán a la sociedad."
Menninger, Karl A.
Por: Guadalupe Rivero Ramírez
Resumen: El juego realizado con niños de las escuelas primarias
es una de las estrategias más utilizadas por los maestros para mantener la
atención y disposición de los alumnos, además de crear un ambiente divertido
para que el aprendizaje sea más dinámico y significativo. En este escrito se
redacta sobre la experiencia de
aprendizaje que tuve junto con mi equipo de trabajo al estar con niños de
sexto, quinto y cuarto de primaria realizando un proyecto que implicara
actividades lúdicas relacionadas con valores universales y actitudes que
utilizaran en su vida cotidiana para resolver problemas.
Abstract: The game done with primary school children is one of the
strategies used by teachers to maintain attention and available to students and
create a fun atmosphere for learning more dynamic and meaningful. This paper
draws on the learning experience I had with my team to be working with sixth,
fifth and fourth graders doing a project that involved leisure activities
related to universal values and attitudes used in everyday life to solve
problems.
Cuando realizamos una planeación antes de ir a nuestras
prácticas de ejecución en alguna escuela primaria por lo regular siempre
buscamos actividades que puedan ser de interés para los alumnos, tal vez
similares a las que nos hubiera gustado realizar a esa edad, que puedan
mantener su atención y que además de divertirlos, puedan adquirir aprendizajes
que bien pudiesen ser significativos.
Cuando éramos niños, lo que más recordamos son aquellas
cosas divertidas que ocurrieron en nuestra infancia: los juegos que
compartíamos con nuestros amigos, con nuestros hermanos, primos, vecinos,
compañeros de la escuela, entre otros. Es muy lindo recordar esos aspectos
de la infancia y ver lo que aprendimos practicando cada uno de esos juegos. Lo
mismo pasa en la actualidad con las nuevas generaciones. Ahora a nosotros nos
toca desempeñar el papel de moderadores y organizadores para que los niños
puedan aprender cosas mediante actividades lúdicas.
Todo esto va relacionado a una experiencia que en lo
personal tuve junto con mi equipo de trabajo el pasado miércoles 19 de junio
del presente año. En la materia de Formación Ética y Cívica en la escuela
primaria se realizó un proyecto en equipos de cuatro personas. Dicho proyecto
consiste en redactar un juego que el equipo considere apropiado para aplicar
con alumnos de un cierto grado que escojan, siempre y cuando el propósito del juego tenga relación con
valores y asuntos de la materia que los niños puedan entender y comprender de
acuerdo a su edad y grado en el que se encuentren cursando. Mi equipo se
conformó por Antonia, Areli, Fernanda y yo, y entre todas elegimos sexto grado,
y el juego que escogimos para organizar nuestro proyecto lo titulamos “100
alumnos dijeron”, que es una versión editada del famoso programa de concursos
“100 mexicanos dijeron”. Las reglas del juego original siguieron siendo las
mismas, en este caso tomando las indicaciones que vienen escritas en el juego
de mesa con el mismo nombre. Tuvimos que organizar preguntas similares a
las que se presentan en el juego original, sólo que esta vez no trataron sobre
asuntos de la vida cotidiana, sino sobre valores, dilemas morales y aspectos
éticos que, desde la teoría, nuestra perspectiva y experiencia, los niños de
sexto grado pudieran manejar adecuadamente.
Organizamos todo nuestro material, incluso nos
distribuimos los roles que manejaríamos durante el juego. En mi caso fui la
conductora y moderadora. Fernanda fue a la escuela primaria “Tierra y Libertad”
para ir por los niños con quienes íbamos a trabajar que en nuestro caso fueron
10 niños de sexto de dos grupos diferentes. Ocupamos un salón de la escuela
normal. Al ya tener organizado todos los materiales que ocupamos, me dispuse a
dar comienzo al juego. En primer lugar presenté el juego y a mí misma.
Posteriormente di lugar a explicar todas y cada una de las reglas del juego:
desde formar y nombrar a cada equipo hasta hacer el famoso “team back”. Al aclarar todas las indicaciones comenzamos la
primera ronda de preguntas. En total fueron 3 rondas. En la primera el puntaje
era normal, en la segunda el puntaje valía al doble y en la tercera valía al
triple. En particular noté a los alumnos muy entusiastas y participativos a
contestar las preguntas que hablaban acerca de valores universales y cosas que
abarque la materia.
Después de un rato terminaron las tres rondas de nuestro
juego. En realidad terminamos bastante rápido pero los niños querían seguir
jugando. Como ya no sabíamos que hacer y teníamos demasiado tiempo de sobra,
decidimos improvisar tres preguntas más, pero esta vez, no irían relacionadas
con la materia, sino con su escuela y sus gustos personales por las
diferentes asignaturas. Di un tiempo de 5 minutos mientras organizábamos
nuevamente el trabajo; mientras tanto los niños salieron un momento. Ya
organizado todo, pasé a los alumnos al salón otra vez y se dividieron
nuevamente en equipos. Pero para hacer un poco de tiempo, a cada niño y niña
les di media hoja para que en ella escribieran todo lo que sentían referente al
juego y a su victoria o derrota, según
cada equipo. Algunos niños me compartieron sus experiencias: del equipo
ganador dijeron que estaban muy felices porque habían ganado y también
entretenidos con el juego. Es aquí donde entra la parte valoral porque los
alumnos muestran compañerismo y mucho ánimo por seguir participando en el
juego; y en cuanto al equipo perdedor dijeron que estaban tristes por haber
perdido la primer ronda, pero que en la segunda no se iban a dejar y querían
ganar. Este equipo mostró un poco de desánimo por su situación pero también
mostraron una actitud de revancha, y de seguir luchando por alcanzar su
objetivo que es ganar. Sin embargo disfrutan el estar jugando. Vicente Navarro
Adelantado (1993) nos menciona que los niños deben disfrutar el juego como algo
recreativo o integral, sin imposiciones, y aunque se trata en esta ocasión de
un juego reglado, los niños deben aprender a adaptarse y a seguir esas reglas
para que el objetivo principal de ese juego sea entender, divertir y aprender,
y justamente eso es lo que los niños de sexto grado están demostrando.
Cuando los niños terminaron de hacer los comentarios
decidí comenzar la siguiente ronda de preguntas. Pero enseguida la maestra
encargada de la materia nos dijo que un grupo de quinto grado estaba disponible
para que pudiéramos jugar ahora con ellos. Eso provocó que no termináramos la
nueva ronda de preguntas. Los niños de sexto grado se fueron muy contentos con
el juego, y nos hicieron buenos comentarios acerca de este.
Al poco tiempo llegaron los alumnos de quinto grado y
procedimos a aplicar las mismas reglas que estaban establecidas para los niños anteriores. Los niños las acataron adecuadamente, pero se encontraban un poco
más inquietos. Ellos también se mostraron entusiastas con el juego, pero
durante la ejecución de este, algunos niños dejaron de seguir las reglas,
porque comenzaban a hablar y a reírse mientras un alumno contestaba la
pregunta, también hubo momentos en los que se paraban y tenía que ordenarle que
se sentara para poder continuar. Terminaron las tres rondas de preguntas y los
niños se fueron con otro equipo. A nosotros ahora nos mandaron a un grupo de
cuarto grado.
Con ellos hicimos lo mismo que con los dos grados
anteriores: dividimos equipos, expliqué las reglas y las indicaciones
generales del juego y realicé las tres rondas de preguntas
correspondientes. Pero antes de comenzar, mi equipo y yo decidimos modificar la
estructura de algunas preguntas pero considerando las mismas respuestas, debido
a que la madurez de un niño de sexto no es igual a la de un niño de cuarto, por
lo tanto no entienden los conceptos de manera similar.
En esta ocasión los niños se mostraron entusiasmados con
el juego, a pesar que uno de los equipos debía perder. Al finalizar la ronda de
las preguntas los niños dispusieron a retirarse, puesto que el tiempo destinado
para los juegos ya estaba terminando, pero antes de salir mi compañera Areli y
yo escuchamos que un niño le dijo a otro algo así: “ Al menos en este juego me
divertí más que en el de matemáticas”. Eso para Areli y yo que lo escuchamos de
viva voz del niño fue una gran satisfacción porque nos dio la impresión de que
todos los niños se estaban divirtiendo y que nosotros estábamos haciendo un
buen trabajo.
Al haber tenido la experiencia de jugar con tres grados
diferentes en un solo día en lo personal me di cuenta que es totalmente
diferente jugar con niños de otro grado, siendo que la actividad planeada
estaba destinada solamente para alumnos de sexto que, según Piaget en su libro “Seis
estudios de psicología” (1964), se encuentran en una edad de
11 a 13 años, justamente entrando en la etapa que él denomina como operaciones formales
donde ya utilizan la lógica para resolver preguntas y tienen una visión
diferente de los conceptos que se manejan. El resto de los otros alumnos se
encuentra en la etapa de las operaciones concretas, dando más parte a la
imaginación.
Tuvimos que modificar las preguntas a modo que los niños
entendieran, y pues en varias ocasiones los niños no dijeron ninguna de las
cuatro respuestas que abarcaba una pregunta, a lo que en lo personal concluyo que
tal vez las preguntas no estaban adecuadamente planteadas o que los niños aún
desconocían ciertos conceptos. Sin embargo traté de explicarles lo mejor
posible a los alumnos para que pudieran comprender bien las preguntas. Fue un
poco complicado debido a lo ya mencionado anteriormente.
Concluyendo con este escrito, puedo mencionar nuevamente
que el juego en los niños es fundamental para su aprendizaje, pero para los
adultos que aplicamos dicho juego el aprendizaje es mucho mayor, porque
nosotros podemos ver todas las reacciones, actitudes y posturas que toma el niño con respecto al
juego y ver si de verdad está aprendiendo, y de ser así notar si ese
aprendizaje es realmente significativo. En este caso, los niños que
participaron en algún momento recordarán lo que aprendieron en este juego con
algo que les suceda en su vida cotidiana, tal vez al recordar una palabra o al ver el juego de concursos original
nuevamente en la televisión. Lo importante es lo que el niño se lleva de cada
experiencia.
REFERENCIAS:
Navarro, Adelantado Vicente. “Aprender a jugar y aprender
jugando”, en Fundamentos de Educación Física para la escuela primaria, INDE,
Barcelona 1993, pp 668-669.
En esta foto se puede
apreciar al grupo de 4to grado de la escuela primaria “Tierra y Libertad”
jugando “100 alumnos dijeron”. También estoy yo como presentadora y conductora.
Se ve también a los capitanes de ambos equipos (sillas). Los niños que están a
punto de responder la pregunta se muestran atentos al igual que los capitanes
de cada equipo.